"Natxo de Impacto"

“Hola soy Natxo y tengo 19 años. A esta temprana edad he tenido una experiencia horrible como kimimaníaco en este reportaje de investigación que me introdujo en el seno del alonsismo. Como todo chico de mi edad salgo los sábados a pasármelo bien. Yo vivo en Gijón pero resulta que ese sábado salí por Oviedo con mis compañeros de universidad. Desde el primer momento que pisamos la capital asturiana, se nos introdujo la idea de asistir al auditorio Príncipe Felipe a ver la carrera pese a mis negativas. Tras los correspondientes excesos del alcohol durante toda la noche poco a poco mis negativas se fueron haciendo más y más débiles hasta acabar cediendo. Abandonamos la calle Mon (calle de salir por Oviedo) prestos a no llegar tarde a la carrera. Durante el camino me entraba el miedo. Como ese cosquilleo previo a una montaña rusa. Sabía que me metía en la boca del lobo, que iba a ver cosas horribles que jamás podría olvidar …

Me acerco al elegante auditorio. Me vienen recuerdos de una entrega de premios y un concierto al que había asistido allí pero esta vez todo era diferente. En la puerta un hombre de seguridad me para. Me entrega una entrada (era gratuito pero te dan la entrada de recuerdo). Yo entro con todo descaro y me para y me dice: déjame ver el bolso…(sí, llevo un bolso conmigo a todas partes). Tras tratarme como si fuera a atentar contra el público (es lo que quiero pensar y no que realmente miraba si llevaba bebida), cosa que desearía, me introduzco corriendo dentro. Llegábamos tarde y mi entrada fue triunfal!!!! Todo el centro de la sala con pelucas y merchandising de Renault y yo con mi americana y mi bolso acompañado de alcohólicos. Éramos los primeros borrachos que entrábamos al recinto. Nos perdimos el espectáculo de Fisichella en la salida y nos preguntábamos por qué faltaba (aunque nos imaginábamos que sería algo habitual de calarse el coche y cosas así).

Entonces empezó la carrera. El auditorio gritaba (por cierto no estaba ni la mitad de lleno de lo q dicen en la tele) y celebraba la salida de Alonso. Pero entonces llegó el gran impacto para mí. No era que fueran todos vestidos de Alonso a las 6 de la mañana, no era que me hubieran registrado a la entrada, sino que eran las reacciones del público. Yo me imaginaba constantes insultos a Schumi y a Kimi pero ya estaba preparado mentalmente. Pero no era así. Era un insulto a todo quisque que llevase un coche. Se accidentaba Massa??? Pues Massa hijo de puta!!!! Incluso a gente que no se jugaba nada contra Alonso. Afortunadamente me quedé allí poco tiempo puesto que perdía el tren a casa. Pero esto me puso ante los ojos la gran verdad. Incluso amigos míos alonsistas se avergonzaban de lo que estaban viendo. Mientras tanto deseaba que apareciese alguien que fuera imitando a Antonio Lobato para levantarme del asiento inmediatamente. Todo lo que veíamos era la poca elegancia del insultar por el insultar, del garrulismo crónico de la alonsomanía y por eso hoy aquí escribo esto y me reafirmo en lo radical de mi kimimania.

Para terminar quiero expresar las sensación de alivio al abandonar a los 20 minutos el recinto. Todo el mundo me miraba como diciendo: ¿dónde va este idiota? Tenía que irme puesto que soy de los que creen que el garrulismo se irradia y que es una enfermedad contagiosa. El único punto positivo: que uno de mis compañeros de fatigas se quedó dormido en el asiento y le hicieron un primer plano en el períodico con la correspondiente comedia. Bueno mi sangre hierve tras escribir este articulo así que os dejo en paz y………

PENSAD EN KIMI